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LA GUERRA EN AFGANISTÁN NO ES UNA GUERRA JUSTA
(ESA GUERRA EN QUE NOS METEN)

Estamos en guerra, aunque ésta no es nuestra guerra. Ni es la única guerra que en el mundo hay, ni tampoco es una guerra en la que tropas paraguayas estén directamente implicadas. Sin embargo, esta gue-rra nos afecta.
Primero porque esta guerra tiene efectos concretos para determinadas políticas de nuestro país: desde el cierre de la Avda. Kubitschek hasta lo presión policial sobre los ciudadanos de origen árabe, o el anuncio de un mayor rigor en nuestros consulados y oficinas de inmigración. En segundo lugar, porque cualquier guerra en la que se impliquen los países más poderosos económicamente, crea una economía de guerra que acabará por afectarnos también a nosotros. Puesto que nos afecta, queremos hacer las siguientes consideraciones.

1) El once de Septiembre se atentó contra la vida de muchas personas. No hay ninguno razón que justifique ese asesinato masivo. Los responsables de tales crímenes deben ser perseguidos por las instituciones internacionales y llevados ante los tribunales para que respondan de sus hechos.

2) La investigación llevada a cabo por las agencias del Gobierno de EE.UU. concluyó estableciendo un responsable: Osoma Bin Laden y el grupo Al Oaeda. Sin embargo, las pruebas que fueron juzgadas por el Primer Ministro Británico como «evidencias») no nos han sido mostradas a los ciudadanos comunes o a la prensa. Sencillamente se nos pide «fe» en las instituciones y cargos de los EE.UU, Alimenta esa «fe» el común de la información recibido por los medios masivos.

3) El gobierno de los EE.UU. en repetidas ocasiones pidió al gobierno de Afganistán (sustentado por los Talibanes). la entrega de Osama Bin Laden y su gente. La respuesta del gobierno Talibán, como era de esperar, ha sido lógicamente negativo, al exigir unas pruebas que no se le iban a entregar. Los medios empleados para esta solicitud no han sido los normales medios jurídicos internacionales luna solicitud de extradición noviembre 2001 gestionada de acuerdo a mecanismos institucionales), y la respuesta tampoco ha tenido el necesario temple jurídico, pues se trata más bien de una cuestión de orgullo nacional. 41 El gobierno de los EE.UU. y el del Reino Unido han emprendido acciones militares contra Afganistán. Ambos países cuentan con el apoyo casi sin fisuras de todos los gobierno Occidentales. En realidad, ha sido una guerra pre-anunciada, pre-parada: antes de identificar al enemigo ya se le había declarado la guerra.

¿Guerra Justa?
La doctrina de la Iglesia reconoce la posibilidad teórica de la guerra justa. Para ello es necesario que la causa sea buena, que no exista posibilidad de otros medios y que no se ensañe con las poblaciones civiles inocentes.
La persecución y la puesta a disposición de la justicia de aquellos que han asesinado a tantas personas es sin duda una causa justa. Pero la justicia de esta «causa» no es tan clara: por una parte, permanecen en el misterio las pruebas irrefutables o, al menos, los
indicios evidentes que permitan proceder contra Osama Bin Laden y su grupo; por otra parte, además, no se tiene la impresión de que la justicia tenga los ojos cubiertos por un pañuelo en los conflictos que desde hace cincuenta año arrasan oriente medio. Hay más que indicios de un doble juicio moral, en función de quién sea el acusado. Por otro lado, las maniobras diplomáticas llevadas a cabo durante los días siguientes a los atentados del once de Septiembre fueron precipitadas y amenazantes. No es fácil creer que éste es el único medio para llevar ante la justicia a los criminales. Más bien parece evidente que el golpe recibido tenía que ser devuelto con una demostración patente de quien es el que manda y quién marca las reglas del juego en este nuevo orden mundial (estrenado con la guerra en Kuwait e Irak).
Por último, la alta tecnología de guerra no está evitando los «errores» (si así debe ser considerada la acción que mata civiles). Probablemente el gobierno talibán sea desalojado. No sabemos (todavía no ha sido así a la hora de redactar esta editorial) si Osama Bin Laden será detenido y si su grupo será desarticulado. Sin embargo, sí sabemos que el pueblo afgano pagará muy caro los acontecimientos de aquel once de Septiembre. noviembre 2001.



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