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El empleo en los sectores de la manufactura y los servicios del Paraguay
Uno de los problemas más importantes del país, por su incidencia y consecuencias económicas y sociales, es la falta de empleo. Por ello es que con frecuencia se escucha y lee en los medios de comunicación que las oportunidades de trabajo son escasas, en particular para los jóvenes, y que el desempleo es un problema creciente.


Marcos Robles l

Según la Encuesta Permanente de Hogares de 1999 (EPH 1999), ejecutada por la Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos, el desempleo alcanza, efectivamente, al 16 % de la fuerza laboral (población en edad de trabajar que no tiene empleo y desea tenerlo). Si a este porcentaje se suma el que corresponde a la población que tiene un empleo con salarios por debajo del mínimo legal o con menos de 30 horas por semana, se deduce que el 34 % de los trabajadores del país tiene algún problema de empleo (se encuentra desempleado o inadecuadamente empleado). Esta situación ha ido agravándose desde 1995 (año en el que 29 % de los trabajadores tenía dichos problemas) debido a la recesión que viene experimentando la economía paraguaya (en los últimos 5 años el producto por persona acumuló una caída de 9 %).

La misma EIH 1999 muestra que la situación del empleo no es homogénea entre los diferentes grupos de la población. Los jóvenes (hasta los 29 años) son los que muestran una situación laboral más complicada. Casi la mitad de ellos (49 %) se encuentra desempleada o subempleada, mientras que solo el 22 % de los que tienen 30 a más años se encuentran en la misma situación (ver Cuadro No. 1). La evidencia estadística también muestra que son las mujeres quienes reportan una tasa mayor de desempleo-subempleo (45 %) respecto a la de los hombres (27 %).

En este marco, de un mercado laboral crecientemente deprimido y segmentado, cabe preguntarse cómo ha sido el comportamiento de los diferentes sectores de la economía del país, en particular de la industria manufacturera y los servicios, en relación a la absorción de mano de obra. Paralelo a ello, es de particular importancia conocer cuáles son los determinantes de la oferta de trabajo en dichos sectores. Ambas aspectos son abordados brevemente en la presente nota, para poder deducir al final algunas implicancias de política económica.

I

Paraguay tiene una economía dual en el sentido de que la mayor parte de su producción y empleo se encuentran fundamentalmente concentrado en dos sectores económicos. La mitad del PIB total y el 61 % de la PEA ocupada del país son explicados por los sectores agropecuario y servicios. El predominio de ambos se observa con claridad a nivel de áreas geográficas. El 63 % de la población ocupada del área rural se encuentra en el sector agropecuario, mientras el 45 % de los ocupados del área urbana lo hace en el sector comercio (ver Cuadro No. 2). La industria manufacturera, por su parte, no alcanza a tener valores importantes dentro de la estructura de la producción nacional ni de la PEA ocupada (14 % y 12 %, respectivamente). Según el Boletín de Cuentas Nacionales No. 36 del BCP, estas participaciones son el resultado de un deterioro de varios años de la economía paraguaya, el cual habría llevado a un decrecimiento de la participación de los sectores agropecuario y comercio, un estancamiento de la manufactura y un aumento de los servicios.

En términos del tipo de empleo que cada uno de estos sectores genera, la información de la EPH 1999 muestra que existe un predominio de la ocupación independiente. En el sector agropecuario el 87 % de la PEA ocupada tiene esa categoría (patrones, empleadores, cuentapropistas y trabajadores familiares no remunerados, incluidos los empleados domésticos), en los servicios el 64 % y en la manufactura el 41 %. Con este predominio, y dado que la ocupación independiente es bastante sensible a las fluctuaciones de la actividad económica, puede deducirse que el mercado de trabajo en el Paraguay es también sensible a dichas fluctuaciones.

Esta misma aseveración puede probarse teniendo en consideración el hecho que el PIB de los sectores agropecuario, comercio y manufactura tienen un comportamiento cíclico más similar al del indicador de la actividad económica del país (como se muestra en el trabajo de Fernández, J. "El desempleo oculto", DGEEC, 1999). Al contener estos sectores a la mayor parte de los trabajadores del país, generalmente en ocupaciones independientes, en periodos de expansión y estancamiento productivo las tasas de desempleo deberían mostrarse más sensibles que los indicadores de la situación laboral de los ocupados (subempleo visible e invisble).

II

La decisión de participar o no en el mercado laboral y de cuántas horas trabajar (la oferta de trabajo) depende de las características personales de los individuos, del nivel de sus ingresos y del capital humano que poseen, tal como lo sugiere la teoría económica. Los resultados de las estimaciones efectuadas a este respecto, para la "industria manufacturera" y los "servicios" (siguiendo el procedimiento utilizado por Fernández, C. en Economía y Sociedad No. 1, diciembre 2000), indican que existen factores que afectan cualitativamente por igual el comportamiento de las personas sin importar la rama de actividad. Así, es mayor la probabilidad que una persona trabaje en cualquiera de los sectores: (a) si tiene la condición de jefe de hogar, lo cual estaría asociado a la responsabilidad de ser el sostenimiento económico de la familia, (b) cuanto más alta es su edad, aunque a tasas decrecientes, y (c) cuando no se encuentra en los estratos más bajos de la distribución del ingreso.
En el número de horas trabajadas, también existen variables que influyen por igual el comportamiento de los individuos, independientemente de que sea en la "industria manufacturera" o los "servicios". Estas horas disminuyen cuando las personas: (a) reciben mayores remuneraciones, lo cual se debería al hecho que se opta por más horas de ocio, a pesar de su mayor costo de oportunidad, y (b) trabajan más horas en actividades secundarias.
Pero también existen factores que afectan de manera diferente el comportamiento de las personas respecto a su participación en uno u otro sector o a las horas que laboran en los mismos. Por ejemplo, la posibilidad que los individuos trabajen en el sector "servicios" es mayor cuanto más altos son sus años de estudios y más altos los niveles de sus ingresos no laborales. En este mismo sector se constata que el número de horas trabajadas depende del sector (público o privado) donde se labore. Las personas empleadas por el Estado trabajan en promedio un menor número de horas. Sin embargo, ninguno de estos factores afectan de manera significativa la participación laboral en la "industria manufacturera" ni el número de horas trabajadas en la misma.

III

El predominio de las actividades independientes en los sectores agropecuario, servicios y manufactura, que a su vez son altamente generadores de empleo, es un indicativo de la sensibilidad del mercado laboral a las fluctuaciones de la actividad productiva del país. Los individuos, sin embargo, enfrentan de manera diferenciada esta sensibilidad en función al sector donde participan.
En particular, el comportamiento de las personas respecto a su participación laboral y al tiempo trabajado en la "industria manufacturera" o a los "servicios" dependen, en general, de variables comunes. En particular, cabe resaltar que la posibilidad que participen los individuos en cualquiera de estos sectores es baja si pertenecen a los estratos socioeconómicos bajos. Si se considera que existe una relación negativa entre los niveles de ingreso y de educación, la probabilidad de no participar en el mercado laboral aumenta cuando el individuo se encuentra en la parte más baja de la distribución. Esto es debido a que los ingresos laborales que pueda conseguir serán menores, dada su escasa capacitación.
La educación, en este sentido, es crucial para una política de aumento del empleo. Niveles altos de esta variable están asociados a probabilidades altas de empleo, en particular en el sector "servicios".


Cuadro No. 1
Paraguay: Tasas de desempleo y subempleo por edad y sexo, 1999
Año / sexo Desempleo (*) Subempleo (**) Desempleo + subempleo
10 a 29
24,6
24,0
48,5
30 a más
9,0
13,1
22,0
Hombre
11,7
14,9
26,6
Mujer
22,3
22,3
44,6
Total
15,9
17,6
33,5
(*) Incluye el abierto y oculto, (**) Incluye el visible e invisibleFuente: DGEEC


Cuadro No. 2
Paraguay: distribución del PIB y PEA, 1999
Actividad PIB PEA ocupada
Total Urbana Rural
Agropecuaria 25,1 30,4 4,1 62,7
Manufactura 13,6 12,3 15,3 8,6
Comercio 24,4 21,2 28,6 12,2
Servicios 24,6 30,2 44,5 12,7
Otros 12,6 5,9 7,5 3,8
Total 100,0 100,0 100,0 100,0
Fuente: BCP, DGEEC




La evidencia estadística también muestra que son las mujeres quienes reportan una tasa mayor de desempleo-subempleo (45 %) respecto a la de los hombres (27 %).

L la posibilidad que los individuos trabajen en el sector "servicios" es mayor cuanto más altos son sus años de estudios y más altos los niveles de sus ingresos no laborales.

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