Es el
primer documento que tiene por destinatario a la ciudadanía. No es una propuesta
a los partidos políticos. Es para el ciudadano y la ciudadana paraguayos,
para que comprendan el proceso en su conjunto y puedan exigir las reformas
estructurales, pues ya no se pueden negar los problemas de estancamiento
económico y de deterioro constante y acelerado de la calidad de vida, del
bienestar de la población paraguaya. El documento no es una agenda de gobierno.
Es una agenda nacional. Acciones que deben tomarse cualquiera sea el partido
que asuma el poder. El partido en función de gobierno determinará el cronograma
de aplicación de las acciones, que dependerá del momento político en particular.
Por qué la realización de la presente Agenda - Existe necesidad de recuperar
la confianza de la ciudadanía en las instituciones paraguayas. Para la mayoría
de la población, las instituciones responden a intereses sectoriales y no
representan legítimamente las aspiraciones ni defienden los intereses favorables
al bien común. Una agenda brinda una visión común, un esfuerzo común. Desde
el día uno, si las decisiones tienen sentido de mediano plazo, que la gente
común se juegue por soluciones de calidad, en lugar de escoger más para
ahora y menos para el futuro. - Desarrollar la democracia participativa.
En otras palabras, fortalecer la participación social en las decisiones
que hacen a la satisfacción de sus necesidades. Esto significa transferencia
de poder político y económico a los paraguayos y paraguayas, sin exclusión
de ningún tipo. - Construir las bases del desarrollo socioeconómico del
país. El modelo vigente en el país se basa en la estructura prebendarista
que estuvo vigente en la dictadura. Es un sistema que se basa en "las ventajas
adquiridas" a través de interrelaciones, antes que en las ventajas competitivas.
No existe competencia en el mercado, entendiéndose por tal, la igualdad
de oportunidades para cada uno de los agentes económicos. Por ello, no se
generan actividades de mediano plazo, sino aquellas que brindan resultados
sólo para el final de la jornada ("un golpe"), importando poco si se pisotea
al prójimo. Aspectos positivos del Programa de Reforma El Programa de Reforma
deja claro que la venta de empresas públicas es parte del proceso de reforma
pero no es todo. La reforma significa establecer nuevas relaciones entre
el Estado, la sociedad y la economía. Reducir un programa de reforma a la
privatización es simplemente una manera de abortar un proceso y generar
mayor resistencia al cambio. La agenda de la reforma debe permitir al Paraguay
competir en el mercado global con renovada capacidad productiva, en un marco
caracterizado por la eficiencia y la transparencia. La acción de reforma
se basa en la descentralización como proceso de modernización integral y
de profundización de la democracia, en otras palabras, un gobierno cercano
a las necesidades de la gente común. Existen cuatro ejes principales:1.
El rol del Estado; 2. El proceso de transformación productiva (Desarrollo
económico y rural); 3. El programa de alivio a la pobreza (desarrollo de
los recursos humanos); 4. El desarrollo institucional y político. En cada
uno de estos ejes, el documento establece los principios, objetivos y estrategias
que deben llevarse acabo. Estos cuatro elementos actúan en forma coordinada
y tienen un peso específico en la acción. Para hacer realidad los objetivos
planteados se hacen necesarias nuevas leyes. En total, el documento propone
un conjunto mínimo de 23 leyes, que darán forma a la nueva economía jurídica.
Reformas no se resuelven solamente por la existencia de marcos jurídicos
sino por la efectiva aplicación. En este sentido, el documento busca favorecer
una nueva cultura de autocontrol del funcionario público. En este proceso,
se busca que los costos y beneficios del proceso de reforma sean compartidos
por todos. Por un lado, se asume la existencia de costos para lograr la
estabilidad macroeconómica y financiera. Por el otro, se reconocen los altos
costos sociales que provendrán del achicamiento del Estado, sobredimensionado
y deficiente. Para ello, será necesario que se establezcan programas de
reconversión y reinversión laboral. Los programas de reforma para que sean
sostenibles tienen que ir, pari passu, resolviendo los problemas sociales.
El establecimiento de Fondos de Inversión Social son vitales en el diseño
del cambio. El Programa de Reforma muestra también la relación que debe
existir entre los objetivos de cambio y el presupuesto. Así, se establece
que en el proceso de gerencia pública debe existir la obligatoriedad de
que toda acción pública responda a procesos de planificación, que a su vez
se traduzcan en tareas que deben ser presupuestadas sobre bases de ingresos
reales (y no aquellos creados en la imaginación de los legisladores), y
que permita el uso eficiente de los recursos. Esta acción requerirá revisar
las bases tributarias, definir mecanismos de coparticipación tributarios
claros y autónomos. Esto es importante teniendo en cuenta las grandes deficiencias
del sistema tributario actual, que grava más a los que tienen menos. La
reforma tributaria con la creación del impuesto a la renta personal es un
imperativo en este sentido. Por otro lado, la descentralización implica
coparticipación en el manejo de los tributos. Existen leyes que establecen
porcentajes que deben ser remitidos automáticamente por el Ministerio de
Hacienda, pero quedan sujetos a la decisión de las autoridades, que la mayoría
de las veces priorizan los gastos de los partidos políticos (por ej., la
última convención colorada) antes que los destinados a satisfacer las necesidades
básicas de la población como salud y educación. Los mecanismos deben ser
claros y transparentes, dejando de lado la discrecionalidad de los administradores
de turno. De esta manera, la Agenda permite mirar al proceso de reforma
como un todo, no sólo como programas o sectores, separados, aislados. En
el Paraguay, la costumbre más frecuente es preparar programas aislados que
no tienen relación alguna. Ninguno, o muy pocos documentos, recogen la idea
de que los beneficios tradicionales se eliminen. El Programa de Reforma
de CPR, presupone un cambio en las normas administrativas. Cada una de las
acciones propuestas, con las leyes necesarias reconocen y explotan vínculos
sociales y económicos, de forma tal que cada acción mejore el funcionamiento
del sistema como un todo. En caso que no se asuma este proceso de reforma,
el resultado será mayor atraso, mayor pobreza, mayor iniquidad. Se realizarán
recortes irracionales en la calidad y cantidad de servicios suministrados
por el Estado. Existe una elección fundamental que realizar: aceptar los
costos para obtener mayores beneficios en el mediano plazo, o bien, enfatizar
las satisfacciones de corto plazo y luego ser obligados por los gastos acumulados.
Decisiones de este tipo no son desconocidas para la población, así se aceptan
bajas remuneraciones mientras se estudia para ganar más tarde. Se ahorra
para la vejez y se invierte para el mejor futuro de los hijos. La gente
de la comunidad tiene un profundo sentido común. Sabe que la reforma del
Estado es una necesidad. El documento permite que la población conozca lo
que debe hacerse, de tal manera a evitar los sobornos electoralistas, que
muchas veces distraen la atención de los problemas reales. Se necesitan
políticos que tengan agallas para tomar decisiones que brinden beneficios
sustentables para mejorar los estándares de vida común. El Programa de la
Reforma de CPR busca también que los políticos comprendan que las acciones
exitosas y que benefician a la mayoría, son posibles de adoptar, que no
constituyen un suicidio político. Es bueno recordar que el consenso para
lograr decisiones que apunten a mejorar el bienestar común no se originan
antes que se hagan o se implementen. El consenso se desarrolla en forma
progresiva, después de adoptarlas, al suministrar resultados positivos a
la ciudadanía. Las decisiones de calidad implican personal de calidad. Para
ello, un prerrequisito para el éxito es ubicar a las personas de probidad
en los puestos estratégicos. La credibilidad es crucial. La ciudadanía debe
exigir personas nuevas. La Agenda pretende alumbrar el sendero. El cambio
es difícil si las personas no conocen a dónde van. Se necesita vislumbrar
un mejor futuro. Se busca crear el marco correcto para ayudar a que todos
los miembros de la sociedad, sin distinción, actúen más eficazmente. Si
queremos romper el círculo vicioso en el cual se encuentra la política,
economía y sociedad paraguaya, tenemos que reconocer que los políticos no
pueden y no resolverán los problemas por nosotros. La ciudadanía debe involucrarse
en el proceso. Se debe dejar de criticar, observar desde el balcón, y tomar
la molestia de involucrarse personalmente. De otra forma, los intereses
de grupo seguirán prevaleciendo sobre la mayoría. La participación de cada
ciudadano y ciudadana cuenta! Reducir un programa de reforma a la privatización
es simplemente una manera de abortar un proceso y generar mayor resistencia
al cambio. Se reconocen los altos costos sociales que provendrán del achicamiento
del Estado, sobredimensionado y deficiente. Para ello, será necesario que
se establezcan programas de reconversión y reinversión laboral. Los programas
de reforma para que sean sostenibles tienen que ir, pari passu, resolviendo
los problemas sociales. Un prerrequisito para el éxito es ubicar a las personas
de probidad en los puestos estratégicos. La credibilidad es crucial. La
ciudadanía debe exigir personas nuevas. Si queremos romper el círculo vicioso
en el cual se encuentra la política, economía y sociedad paraguaya, tenemos
que reconocer que los políticos no pueden y no resolverán los problemas
por nosotros. La ciudadanía debe involucrarse en el proceso.
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