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LA BENDICION DE BABEL

El relato de la torre de Babel ofrece un análisis de la realidad humana para ayudarnos a descubrir las causas de los males que destruyen una buena convivencia humana.

Margot Bremer rscj


Nadie puede quejarse de no tener alguna experiencia en ser mal interpretado/a o en no ser entendido/a: el hecho en sí mismo causa una sensación sumamente incómoda: estar ante una barrera insuperable. 
El problema está casi siempre en el lenguaje; un lenguaje que expresa cierta absolutización de lo propio: de su cultura, de su ideología, de su religión; a veces de tal punto que una posible relativización sería considerada como traición. 
Sin embargo, meterse en la piel del otro es fundamental y necesario para poder vivir humanamente: considerarse a sí mismo y a los otros como distintas parcialidades de una humanidad más grande que sus fragmentos. Este reconocimiento de ser nada más que una pequeña porción de la misma, cada uno y cada una con su especificidad y con su limitación, a unos les resulta difícil, a otros les llena de gozo. 
Pero también puede ocurrir que, "por orden superior", todos deben pensar en el mismo esquema, por el mismo patrón, encasillados en una ideología que se impone como única.
De ese problema humano nos quiere hablar el mito de la torre de Babel el que había acompañado al pueblo de Israel en su caminar por la historia, actualizado por diferentes relecturas. 

Ubicación de la "Torre de Babel"

El texto de la torre de Babel es el último dentro de una larga reflexión (once capítulos) sobre la humanidad, iniciado por el relato de creación. Forma parte del tiempo originario en cuando se constituyen las cosas como son ahora, en que se ponen las raíces de la identidad cosmovisional de cada pueblo. A pesar de que normalmente "lo originario es el gran espejo en el que éste (el pueblo) se mira para recrearse una y otra vez" (1), algunos de estos relatos tienen otra función, función de advertencia; pues no respetar las leyes de convivencia es ir contra el plan creador y eso lleva consecuentemente al fracaso. Así, además de "recreaciones", también encontramos en la Biblia "recaídas", siempre cuando se va a contramano del proyecto de Dios. Sin embargo, cada recaída, aunque produciendo caos por cambiar ritmo y dirección hacia la plenitud, paradójicamente es la causa de una nueva "recreación". 
Así que, después del fracaso de la autoconstrucción humana en unitarismo -símbolo torre-, la Bíblia prosigue con los comienzos de un pueblo nuevo sobre el cual están las bendiciones para una nueva humanidad; humanidad que se constituirá en la diversidad de pueblos y lenguas (Gen 12,2).

Construcción de la Torre de Babel

La torre se deja interpretar en la primera etapa de su historia como torre militar (migdal de gadol = alto, grande, cf. Jue 8,9; 9,46-49.51). Contiene ya una crítica profética a la monarquía. Más adelante, como santuario real, expresa la crítica al imperialismo babilónico; la torre de Babilonia (ziggurat) es, para sus reyes y habitantes, la "puerta al cielo". 
Cuando la Biblia afirma que siempre existían diferentes pueblos con diferentes lenguas, quiere afirmar a la vez de que también siempre había la tentación humana de concentrarlos en una sola mano, sometiéndolos bajo una sola ideología. D. Banon parafrasea el conocido texto de la siguiente manera: “Desgraciadamente toda la tierra hablaba una misma lengua, tenía una misma ideología”  (2). Así que la desgracia no consiste en la existencia de diversas culturas y palabras, sino en la imposición de una "palabra única", una ideología única, en un totalitarismo que excluye toda clase de diversidad y particularidad. Cuando no hay más que una sola palabra, una sola ideología, entonces habrá motivo para temer que sea la del más fuerte. 
Sin embargo, ser fiel a las normas de la creación, es la mejor garantía de llegar a la plenitud de vida: acontece en un proceso esencialmente complementario. 
La fabricación de ladrillos evoca, convoca y provoca al pueblo de la Biblia: 
Evoca la memoria de la esclavitud que sufrieron tanto en Egipto como en Babilonia. 
Convoca forzosamente a los esclavizados a someterse a quien se cree dueño de dios y de la palabra, a quien ordena en pluralis maiestatis (3):
"fabriquemos y cozamos" (v.3)
"construyamos una ciudad con una torre" (v.4a)
"hagámonos un nombre" (v.4b)
La Biblia, ya desde sus primeras páginas, quiere aclarar que el camino del ser humano no es la autoconstrucción según propios criterios. Necesita buscar orientación en las leyes de la vida, que dan criterios para la colaboración con otros en un proyecto común a todos. 
Provoca también la fabricación de ladrillos a la resistencia de aquellos que buscan justamente este proyecto comunitario. Es la resistencia contra un universo de ladrillos en el cual todos deben ajustarse como tales a las ambiciones de uno solo. El proyecto imperialista había sido, es y será el de ignorar la diversidad de las naciones, de las lenguas, mentalidades, lógicas, cosmovisiones, religiones y pensamientos para unificar y moldear a todos en uno sólo: idea principal de cada imperio "único". 
Mientras que la crónica de Nabocudonosor hace memoria del nombre de su rey mediante la construcción de ciudades con torres (91 m de altura): "A todos los pueblos de naciones numerosas los obligué al trabajo de la construcción de Etemenanki "  (nombre de la torre que significa: "fundamento del cielo y de la tierra" (4), el zigurrat babilónico, la Biblia se dedica a mantener la memoria de la detención de esta construcción como fin del intento de una concentración universalista y la memoria de la dispersión de sus trabajadores. Es el comienzo de la liberación de una opresión en uniformidad de lengua y pensamiento, signo de la grandeza humana.
Para los babilonios el ziggurat es el eje sagrado del mundo que pretende unir el cielo con la tierra. Se trata del plan de construcción de una megápolis, habitada por una sociedad totalitaria y representada por un rey, hijo del cielo y de la tierra, "hijo de dios".

Desconstrucción de la Torre de Babel

En la tierra de Abya Yala existen muchos mitos que hablan del peligro que el cielo se una con la tierra (p.e. en la cultura nahuatl). Sería la nueva creación de un universo en donde cielo y tierra se mezclan: la palabra del rey sería palabra de Dios y su ley sería Ley de Dios; los súbditos vivirían al servicio de la gloria de su rey-dios. Sería una vida con, en vez de sabor a cielo, de sabor a infierno. Al totalitarismo con su "única posibilidad" se opone diametralmente el proyecto de Creación con la profusión de muchas posibilidades y diversidades, causa de libertad, alegría y creatividad, de relaciones diferentes, posibles e imposibles. Mientras que en Babilonia el rey pretende abrir la "puerta de los cielos", en la Biblia, Dios mismo la está cerrando para que los cautivos de lo "único" puedan liberarse de una lengua, una palabra, totalizante. 
Consecuentemente la Biblia continúa después de este fracaso con el inicio de una nueva historia que comienza con una sola pareja: Abrahán y Sara, fundadores y refundadores de un pueblo alternativo que intenta vivir la unidad en la diversidad, constituyéndose en una articulación de doce diferentes grupos culturales, de múltiples lenguas y cosmovisiones. En esta pareja con sueños alternativos, la humanidad dispersada encontrará su nueva unidad en la diversidad, porque en ella serán "bendecidas todas las familias de la tierra"  (Gen 12,2). De esta bendición quedan excluidos los imperios; ellos surgirán de nuevo, pues la torre de Babel no fue destruida sino quedó inacabada. El mismo pueblo, a pesar de su misión de vivir la alternativa, había intentado más de una vez en su historia -p.e. con la construcción de la monarquía después de la anficionía de doce tribus, y con la teocracia después del exilio- a reconstruir y terminar esta dichosa torre.
Pero por otra parte, el pueblo de Israel sabía refundarse también a lo largo de su historia, recordando aquella pareja Abrahán y Sara con su testimonio de fe en un Dios para quien "nada es imposible" (Gen 18,14) y quien acompaña y bendice a todos aquellos que siguen buscando alternativas frente a la monopolización humana de la palabra y del pensamiento.

Marco que sujeta al cuadro

Comienza el relato: "Había en toda la tierra una sola lengua y las mismas palabras" (Gen 11,1) y termina: "Así Yavé los dispersó sobre la superficie de la tierra y dejaron de construir la ciudad. Por eso se le llamó Babel, (la etimología popular traduce balbel con "confusión") porque allí Yavé confundió la lengua de todos los habitantes de la tierra" (Gen 11,9). Es el marco de la parábola de la torre."Toda la tierra" es una expresión típica de los reyes "magnos" para denominar su imperio: cf. Imperio persa, el de Alejandro Magno, Imperio Romano, Imperio de Carlos V, etc. Hoy los imperios tienen otros nombres: neo-liberalismo, sociedad de consumo, dolarización, corrupción, narcotráfico, tráfico de armas,  etc. Su torre será hoy el Chopping-Center, la tienda totalitaria que abarca todo: exposiciones de libros, artesanías indígenas, guarderías de niños, cines, estacionamientos de coches, además de los artículos de consumo para los cinco sentidos. 
Dijimos ya que la "confusión" es considerada por la Biblia como liberación. El totalitarismo que quiere establecer la monopolización del pensamiento, de expresión, de consumo y de estilo de vida, nunca podrá ser completamente humano, nunca podrá ser lazo de unión, ya que va contra el orden establecido de la constitución humana: somos diferentes y nos podemos apoyar y complementar mutuamente sólo en la medida en que reconocemos y aceptamos la diversidad de dones y limitaciones. 
El relato de la torre de Babel ofrece un análisis de la realidad humana para ayudarnos a descubrir las causas de los males que destruyen una buena convivencia humana. Pero nos demuestra también que la cumbre de concentración es a la vez la cumbre para su desconstrucción. Es una "confusión" que lleva a la liberación capacitando a reconstruir y recrear nuevas posibilidades junto con todos aquellos que buscan complementarse. La torre de Babel, más que una maldición, es una bendición.

Notas:
1 Severino Croatto: "El Mito como Interpretación de la Realidad",  RIBLA 23, Quito,  Ecuador 1996, p.18 
2 D. Banon: Babel ou l’idolatrie embusquée, citado en: Francois Castel: Comienzos, Pamplona 1987, p.138
3 en hebreo todo en constructus:
4 cf. Fr. Castel, ibid. p.141 
 

La desgracia no consiste en la existencia de diversas culturas y palabras, sino en la imposición de una "palabra única", una ideología única, en un totalitarismo que excluye toda clase de diversidad y particularidad.
 
 
 

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