.
.
Ética de lo Suficiente

Vemos cada día abriéndose más el abismo entre pobres y ricos, reflejo lamentable de la ausencia de ética. Paralelo a ese fenómeno crece la insaciable ambición de "tener más" para "disfrutarlo", acumulando bienes y despilfarrándolos. Sus consecuencias son pobreza y exclusión de los débiles. ¿Tiene la Biblia algo que ver con la ética?
Margot Bremer rscj


Ética tiene que ver con la convivencia humana, con el sentido comunitario, con la justicia. 
Dicen los que han podido entrar en la dinámica del mercado neoliberal, que es imposible cambiar este rumbo; hay que acomodarse, ya que "fuera del mercado no hay salvación".
Y uno se pregunta: ¿dónde están aquellos que aún anhelan una "tierra nueva donde habite la justicia"? (2 Pe 3,13) 

Alternativa bíblica

La ética es un tema bíblico. Recordemos que, al salir los hebreos de Egipto, no tenían otro fin que vivir una convivencia alternativa. Analizando aquella situación inhumana, llegaron a la conclusión que la causa había sido la concentración de riqueza en manos de unos pocos que les había arrebatado todos los derechos a una vida digna. 
Gracias a su fe en un Dios de gente popular como Abrahán, Isaac y Jacob, ellos habían conservado el sentido de justicia, que les hizo "clamar" a su Dios desde la injusticia infligida. Seguros de ser escuchados, no se resignaron a encontrar una alternativa y la encontraron en el proyecto de una sociedad igualitaria que se mantuviera así mediante la misma justicia misericordiosa que su Dios había tenido para con ellos al sacarles de la esclavitud. Inventaron muchos mecanismos de renovación para prevenir a la aparición de pobres en su nueva sociedad: optaron por el sentido comunitario y por un estilo de vida sencillo, sin lujo para todos.
Se trata de una especie de "erradicación de la riqueza" con la finalidad de mantener relaciones igualitarias y fraternas.
La aparente anécdota del maná es el eje principal de su nueva ética de lo suficiente (Ex 16,14-18): buscaron todas las mañanas el maná en el desierto, y a pesar de que algunos recogieron mucho y otros poco, a la hora de comer, todos tenían lo necesario para su consumo: no sobraba ni faltaba nada a nadie. Había nacido una nueva ética la que prioriza el sentido comunitario al individualista: se consiguió una justa distribución de los bienes.

Top
Vuelta a lo de antes 

Sin embargo, con el surgimiento de la monarquía, aquella nueva ética "cayó en olvido"; los reyes de Israel y Judá, al imitar a los monarcas vecinos, recomenzaron a acumular y el pueblo volvió nuevamente a la situación de opresión y esclavitud: perdió su libertad. 
Notable es la lectura de la crónica de Salomón quien quiere fundamentar su sabiduría con una exagerada y ya vergonzosa ostentación de todas sus riquezas: "el rey Salomón hizo 300 grandes escudos de oro finísimo, empleando 600 monedas de oro para cada uno de ellos....y 300 escudos pequeños,...también un gran trono de marfil revestido de oro finísimo. No se hizo cosa parecida en ningún otro reino. El rey Salomón sobrepasó en riqueza y sabiduría a todos los reyes de la tierra... año tras año cada uno le traía regalos: objetos de plata y oro, vestidos, armas, perfumes, caballos y mulos... Salomón hizo que la plata fuera tan abundante en Jerusalén como  las piedras..." (1 Re 10,18-24). 
Con esa acumulación monumental, el pueblo consecuentemente empobrece y se endeuda. Muchos pierden sus tierras, tienen que trabajar como peones para pagar las deudas atrasadas. 
Esta triste situación evoca el surgimiento del profetismo. Los profetas hacen suyo el sufrimiento del pueblo empobrecido y le dan una voz. Como defensores del proyecto originario de su pueblo, ven las graves fisuras en la convivencia. Su causa es la pésima distribución de los bienes que corta la posibilidad de un relacionamiento igualitario. Profetas como Miqueas acusan indignados a los acaparadores: Son ustedes los enemigos de mi pueblo, pues le quitan su manta al hombre bueno y tratan como si estuvieran en guerra al que vive tranquilo. Arrancan de sus hogares tan queridos a las mujeres de mi pueblo, y les quitan a sus hijos la libertad que yo les había dado" (Mi 2,9). Según él, los otros demuestran con su comportamiento una ética de voracidad caníbal: "ustedes descueran vivos a los de mi pueblo y les arrancan la carne de sus huesos. Se comen la carne de mi pueblo, y parten de sus huesos y los echan a la olla" (Mi 3,2). 
Amós detecta que la indiferencia total frente a la pobreza del país es consecuencia de una vida dedicada al lujo y consumismo: Tendidos en camas de marfil, y arrellanados sobre sus sofás, comen corderito del rebaño.... canturrean al son del  arpa ...Beben vino en grandes copas, con aceito exquisito se perfuman, PERO NO SE AFLIGEN POR EL DESASTRE DE MI PUEBLO" (Am 6,4-6). También el sentido comunitario está consumido. 
Es interesante que según los profetas, para erradicar la pobreza, hace falta primero erradicar la ambición de consumismo, riqueza y lujo para poder reconstruir el sentido comunitario. 

Top
Recreación de la alternativa

Jesús, profeta por antonomasia, en un momento histórico muy difícil, quiere recuperar el proyecto originario de su pueblo. También él intenta erradicar la ambición de acumular: "No amontonen riquezas en la tierra... pues donde están tus riquezas ahí también estará tu corazón... Es imposible servir al mismo tiempo a Dios y a las riquezas" (Mt 19.21.24c). Se trata de dos éticas completamente opuestas con dos imágenes de Dios opuestas. 
Siempre existe la posibilidad de cambiar de una a otra. Zaqueo, rico por ser cobrador de impuestos al servicio de los romanos, es un ejemplo. El hace todo lo posible para "ver como es Jesús"  (Lc 19,3). Sin embargo, Jesús se adelanta: el gesto valiente e incluyente de Jesús de invitarse y sentarse en la mesa de un "impuro", provoca en Zaqueo un cambio. Comienza a ver la propia vida con los ojos de su huésped, mirada llena de pasión por y compasión del pueblo. Esta nueva visión le hace descubrir su propia deuda para con el pueblo al que había explotado. Comprende y aprehende la nueva Justicia, dispuesto a dar la mitad de sus bienes a los pobres y devolver cuatro veces más a quien ha exigido algo injustamente (v. 8). Zaqueo ha recobrado el sentido comunitario que Jesús le brindó al invitarse a su casa y a su mesa: "ha llegado la salvación a esta casa". ahora el verdadero "puro"(Zaqueo: zakah  = puro) es hijo de Abrahán quien buscaba ya la ética de lo suficiente (Gen 14,23), al querer fundar un pueblo alternativo. 

Top
.
© Derechos Reservado Uninet - Asunción, Paraguay