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...Los Mbya y Moisés Bertoni
La Comunidad Mbya Pto. Bertoni
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Beate Lehner (*)
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En el Departamento de Alto Paraná, Distrito de Pte. Franco se encuentra la Comunidad Mbya Pto. Bertoni, una comunidad mbya como otras muchas, que luchan para mantener su propia cultura, el mbyareko y para recuperar un espacio geográfico en donde ser, el tekoha, en medio de un sin fin de situaciones adversas.
Pero hay una diferencia significativa entre la Comunidad Mbya Pto. Bertoni y las demás comunidades: La Comunidad Pto. Bertoni fue fundada por los descendientes de los peones mbya que trabajan para Moisés Bertoni.
Los progenitores de los Mbya de Pto. Bertoni, aunque siempre mantenían un relacionamiento estrecho con sus tekoha de origen sobre los Ríos Monday y Akaray, se asentaron con sus familias en los bosques cercanos a las casas de los Bertoni, formando ahí sus propios tapyi, un tekoha mbya nuevo, pero arraigado en el mbyareko.
Entre los peones mbya y la familia Bertoni se desarrolló una relación especial que se caracterizaba por la mutua confianza  y que se manifestaba en el apego que mostraron los peones y sus familias hacia la familia Bertoni. 
Bertoni era un buen patrón, él y su esposa se preocupaban por el bienestar de sus peones mbya y, más aún, Bertoni demostraba una sensibilidad e interés hacia el modo de ser y la cultura mbya que era completamente inusual para su época y lo es, para un patrón, hasta hoy.
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.La Utopía de Bertoni
Para entender de donde provenía esta sensibilidad e interés de Bertoni por los Mbya, hay que hablar brevemente de las ideas e ideales que trajeron a Bertoni al Paraguay y asimismo de su obra, tema que los autores del libro, aquí presentado, analizan en forma extensiva:
Los Mbya viven una cultura que se asemeja a la utopía social de Bertoni, que él desarrolló, en sus rasgos generales, ya en Europa: Una vida comunitaria de ayuda y apoyo mutuo en base a la agricultura, la ausencia de una estratificación económica y la ausencia del Estado.
Así, el contacto entre los Mbya y Bertoni tuvo una influencia importante sobre la obra de Bertoni, influencia que es visible, sobre todo, en la “Civilización Guaraní”.
Sin embargo y a pesar de la información recibida de los Mbya, Bertoni construye en esta obra una imagen que excluye todo rasgo de la cultura guaraní que no coincide con sus ideales o lo atribuye a influencias de otras culturas indígenas, culturas primitivas, según su entender.
Además Bertoni se mantenía totalmente dentro de los conceptos integracionistas, vigentes en la época. El pregonaba la asimilación de los Mbya a la población paraguaya mediante su reducción y su evangelización.
Ante las ideas desarrolladas por Bertoni, tenemos que preguntarnos si Bertoni realmente entró una vez en un diálogo de igual a igual con sus peones mbya. Tanto la imposición de la imagen de una cultura guaraní ideal, como la insistencia en la reducción y evangelización de los Mbya, nos hace dudar de eso y, más bien, sospechamos que Bertoni, para los Mbya, nunca fue más que un patrón, a quien nunca se hablaba de los conceptos fundamentales de la cultura Mbya.
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.El buen patrón Bertoni
Aunque los Mbya apreciaban el buen trato que le brindaba Bertoni, hay que resaltar que la relación de peon-patrón no fue una relación que los Mbya habían buscado por su propia voluntad, sino que era una relación que les fue impuesta por la creciente presión sobre sus territorios por parte de la sociedad blanca, por el inicio de la colonización de los bosques del Paraguay Oriental.
Las décadas que vivía Bertoni en el Paraguay, de 1887 hasta su muerte en 1929, eran una época de grandes cambios, cambios negativos, en su mayoría, para los Mbya. Las secuelas de la Guerra Grande, la intensificación de la explotación de la Yerba Mate y de la madera y grandes epidemias devastadoras anunciaron a los Mbya el fin del mundo, por lo menos el fin del mundo Mbya que habían conocido, el fin de la vida recluida y apartada en sus grandes bosques, la vida que habían defendido por siglos con las armas en mano.
Muchos tapyi mbya se encaminaron a la búsqueda de la Tierra sin Mal, en un viaje real y mística hacia el oriente y el mar, abandonando el Paraguay. Los tapyi que decidieron quedarse en sus tierras ancestrales, tuvieron que aceptar el trato con el nuevo mundo que les venía encima, un trato que, sin embargo, siempre y hasta hoy, busca la sobrevivencia del modo de ser mbya, del mbyareko, ante la nueva realidad impuesta.
El primer paso de los Mbya hacia el relacionamiento pacífico con la sociedad blanca fue la aceptación del trabajo asalariado, la changa, para los patrones blancos, entre ellos Bertoni. La razón principal de los Mbya para dar este paso, era la búsqueda de protección ante la masiva incursión de las empresas yerbateras a sus tierras, pero también jugó un papel importante la atracción por los bienes de los blancos, sobre todo las herramientas de hierro.
Como vemos, para los Mbya el rol de Bertoni era, sobre todo y en primera línea, protegerlos contra los abusos y atropellos de los otros blancos y en contraparte ellos trabajan en sus chacras y le daban eventualmente informaciones que él necesitaba.
De esta forma, los Mbya hicieron con Bertoni un contrato informal de apoyo y ayuda mutua, contrato que Bertoni obviamente cumplía con cabalidad, aunque no sabemos si él supo interpretar las intenciones de los Mbya en este sentido.
Hace décadas, sin embargo, terminó para los Mbya y los demás indígenas esta época, en donde la relación con un patrón significaba cierta seguridad y cierta garantía para una vida tranquila de los tapyi.
Desde luego, los patrones no cumplieron con los contratos de ayuda mutua como lo entendían los Mbya. Nunca fue eso su intención y cuando comenzó, en los años 60, la destrucción y colonización de los bosques del Paraguay, los patrones, entre ellos también la familia Bertoni, vendieron los bosques de los Mbya, con ellos adentro, a las nuevas empresas agropecuarias y proyectos de colonización, sin preocuparse en lo mínimo por la suerte de los Mbya.
La Comunidad Mbya Pto. Bertoni está luchando hoy para la recuperación de sus tierras vendidas y devastadas, en su propio derecho, un ente jurídico y territorial amparado por la Constitución Nacional, y ya no depende de ningún patrón, bueno o malo, para hacer valer su derecho.
Pero de vez en cuando, los viejos y las viejas mbya recuerdan, con ciertas nostalgias, los tiempos antiguos con Bertoni, el buen patrón.

*Conferencia con motivo de la presentación del libro “Vida y obra del sabio Bertoni” de Danilo Baratti y Patrizia Candolfi; Asunción 1999.
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